CAMINO HACIA UNA NUEVA REGLAMENTACIÓN


Con la aprobación en Diputados del Proyecto de Ley sobre Salud Mental, especialistas opinan sobre su implementación.

Por Cecilia Selser


 La nueva Ley de Salud Mental, que ya cuenta con media sanción en Diputados, plantea una reestructuración de los neuropsiquiátricos que lleve a una desmanicomialización progresiva a nivel nacional. Pero las deficiencias de los procedimientos actuales ponen en riego la viabilidad del proyecto.
  El no cumplimiento de la Ley 448 sancionada en el 2000, que establece los derechos humanos de las personas con discapacidades mentales, sumado a las estructuras edilicias deficientes y la intención del gobierno de construir nuevos centros de internación, los profesionales de la salud ponen en duda la aprobación del Senado y la  puesta en funcionamiento de la nueva Ley de salud mental.
  Estas fallas en el sistema vigente en lugar de facilitar la atención ambulatoria, la rehabilitación y la reinserción social de los pacientes, intenta continuar con las prácticas psiquiátricas de encierro sistemático.
  La desmanicomialización consiste en la desestructuración progresiva de los viejos neuropsiquiátricos a fin de reinsertar a los enfermos mentales en la sociedad. La nueva normativa propone la creación de órganos independientes e intersectoriales que funcionen en todos los hospitales generales, dispone la prohibición de crear nuevas instituciones monovalentes, públicas o privadas, y la internación indiscriminada. También le otorga la posibilidad al paciente de rechazar la asistencia si así lo desea
 El licenciado Ángel Barraco, psicólogo y redactor de la ley 448 que promueve el Colectivo Social con el mismo nombre, expresó que “un paso clave en la desmanicomialización es cambiar la concepción que tiene la sociedad de los enfermos mentales”. Barraco aseguró que “está muy relacionada la idea del loco con la violencia, la criminalidad y el delito pero no es así”, y explicó que parte de este problema se debe a que las leyes de salud mental vigentes se apoyan en el Código Civil, que tiene más de 150 años.
 La nueva normativa, impulsada por diputados de distintos bloques nacionales, incorpora a la legislación argentina los Principios de Naciones Unidas para la Protección de los Enfermos Mentales y la Declaración de Caracas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
  El Diputado nacional Leonardo Gorbacz, autor del proyecto de ley de salud mental sostuvo que “Argentina no tiene leyes de salud mental de marco nacional y se debe avanzar con una legislación que impulse modificaciones en el sistema”. También destacó que diferentes organizaciones de derechos humanos, profesionales, usuarios y familiares están trabajando para una reforma que fortalecerá una futura ley nacional.
  En varios hospitales psiquiátricos, las autoridades sostienen que entre el 60 y el 90 por ciento de las personas internadas son “pacientes sociales”, es decir que permanecen en las instituciones porque no tienen adónde ir. Por esta razón, argumentan que a nivel clínico se debe trabajar para disminuir el sufrimiento psíquico y a nivel social para ampliar los lazos afectivos y promover un desarrollo laboral que asegure condiciones habitacionales dignas. Para poder concretar este último punto, el diputado Gorbacz propuso “implementar alternativas para resolver cada situación particular de los internos, haciendo un censo en el sector público y privado”.
    En cuanto a la posibilidad de hacer efectiva la nueva Ley, el licenciado Barraco insistió en los cambios y subrayó que “si continúa la dinámica presupuestaria donde el 90% de los recursos van a cuatro hospitales (Borda, Moyano, Alvear, Tobar García) no se podrán llevar a cabo los dispositivos alternativos”. También aclaró que los hospitales generales cumplen un rol fundamental para que se pueda llevar adelante la resocialización  y rehabilitación de los pacientes.
  La mayor barrera que tiene que romper la nueva Ley de Salud Mental es, según lo explicó Barraco, evitar que la capacidad de los profesionales tropiece con la institución porque ésta “termina alienando todo y su peso se impone por sobre todo”. El licenciado pronunció como ejemplo de esto, a los dos empleados del Hospital Tiburcio Borda que fueron despedidos (ver entrevista) por haber publicado en varios medios los tratos que padecían algunos internos: “es una lógica que circula que hace que aquel que intente oponerse, lo echen, aún cuando estaban diciendo la verdad”.
  En los principales neuropsiquiátricos de la Ciudad de Buenos Aires, profesionales, internos y familiares esperan que el nuevo proyecto de Ley no se frene en Senadores, sobre esta posibilidad, el licenciado Barroco opinó: “Son diez pasos adelante pero ojala no se tornen 20 en contra si se frena la sanción”.


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